DECALOGO DEL SANTANERO 

 Haber  nacido  o  crecido  en Santa Ana , es un gran honor que imprime  carácter, pero  que exige una enorme responsabilidad  moral  y social, que  debe  traducirse  en acciones de libertad, de  coraje, de franqueza, de generosidad, de magnanimidad y de afecto.

            Ser  Santanero  es  degustar con agradable encanto  los placeres que otorga el seno familiar y darle a ella el primer lugar en la escala de las valoraciones, por que se sabe que todo lo que el hombre necesita para ser  feliz, lo  tiene siempre en su habitáculo, por  que se está convencido  que hay muchos lugares donde posarse, pero nido no hay sino uno.

             Ser  Santanero  es  haber  aprendido a  amar entrañablemente a este terruño, por haber entendido que él es un emporio de belleza, de riqueza y valentía.

             Ser  Santanero  es estar orgulloso del linaje y la cuna, por pobre  y humilde  que  ella sea, por que se sabe que la nobleza, no depende del dinero  ni  de  la  posición social, sino de  la  calidad de nuestras acciones y de la magnitud de nuestras afectos.

             Ser Santanero es ser libre de pensamiento, de sentimiento, de palabra  y de  obra, por  que  se  sabe  que la  libertad, más que una condición exterior, es  un  estado del alma que hay que proteger con inusitado ímpetu, además  por que, la libertad consiste en sujetarse a las  reglas de la razón, del recto pensar y del bien obrar.

             Ser  Santanero es ser generosamente tolerante, por que se sabe que hay tantas   realidades  como  puntos  de  vista; por  eso también se  es cortés, por  que  se sabe que la palabra multiplica los  amigos  y los éxitos, y resta enemigos y dolores.

             Ser  Santanero es estar  dispuesto a todo, aún a  morir, por sostener la palabra  empeñada, por  que se está convencido de que ella es nuestro mayor  legado para el presente y para el futuro.  Por eso cuidamos las palabras  con  esmerado celo, por que se sabe que toda palabra  es una orden que deberá cumplirse inexorablemente.

             Ser Santanero es ser generoso  en la amistad y en el afecto, por que se está  convencido de que la generosidad es una virtud del corazón  y no de las manos o la monedera, y se encuentra más felicidad en dar  que recibir.

             Ser  Santanero es pensar y obrar en grande y respaldar con realidades el  propio  pensamiento, por que se está convencido de la magnanimidad del carácter y del alcance de las acciones.

             Ser Santanero es ser alegre y feliz, por haber nacido o crecido en este verdadero  paraíso terrenal y fraterno, con lo más noble  del espíritu humano.    

             Por    último    !     SER    SANTANERO    !     es    ser franco, alegre, dicharachero, optimista, visionario, líder, altruista, capaz, sagaz, humano...pero  ante  todo, ser  Santanero  es asumir con digna valentía los retos de la vida, amarla y disfrutarla con responsabilidad por sobre todas las cosas.